A lo largo de la vida experimentamos muchas sensaciones, para mí la mejor sensación: él. Él me ha hecho sentir de muchísimas formas, he estado eufórica, he llorado, he sonreído, he soñado, he gritado, me he emocionado...pero lo mejor, es que en cada una de esas sensaciones lo sentí. Y aunque demasiadas veces me he quedado con los momentos malos, el día que volviese a nacer, le volvería a querer, y pasaría por todo lo que tuve que pasar para que escuchase un "te quiero" de mis labios, por muchas heridas que se abriesen en mí, no conozco mejor medicina que sus besos.
"Aunque a veces dueles, a veces te quiero"
jueves, 29 de diciembre de 2011
sábado, 10 de diciembre de 2011
"Por eso y más, perdóname"...
57, 58, 59, 60. Otro minuto más que pasa recordándome lo absurda que es mi vida sin ti. 7, 8, 9, 10...Un minuto que podría llenar de palabras bonitas susurradas en tu oreja, de cosquillas en el cuello, de miradas que digan "tú, tú y tú, y solamente tú", de abrazos que no acaban nunca...38, 39, 40, 41...de cien mil lugares en los que me gustaría estar cogida de tu mano, de todas aquellas fotos en las que salimos sonriendo porque estamos tú y yo y nadie más, porque no nos hacía falta nadie más...58, 59, 60. Otro minuto que se lleva tu imagen de mi memoria, sin piedad alguna, como matándome a cada tic-tac del reloj, que nos enfría cada vez más, que convierte la alegría de quererte en la tristeza de añorarte...20, 21, 22, 23...Por cada dos segundos una lágrima se ahoga en mis labios, por la sencilla razón de que a cada segundo un recuerdo de los dos parece apropiarse de mí, completamente, igual que lo hizo tu sonrisa aquella tarde de verano cuando nos presentaron:
-Encantada
-Igualmente.-y dos besos, uno a cada lado de su perfecta y blanca sonrisa.
"Si alguna vez maldices nuestro amor, comprenderé a tu corazón"...
Perdóname por no poder quererte...
-Encantada
-Igualmente.-y dos besos, uno a cada lado de su perfecta y blanca sonrisa.
"Si alguna vez maldices nuestro amor, comprenderé a tu corazón"...
Perdóname por no poder quererte...
viernes, 9 de diciembre de 2011
"Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora"
Desde pequeñita buscaba una persona, una canción, una frase, un grupo de música...los cuales siempre, SIEMPRE dijesen verdades, o sus verdades, que defendiesen una filosofía de vida basada en la paz y en el respeto. Buscaba a alguien sin pelos en la lengua, que defendiese con la dialéctica y la retórica sus propios ideales, unos ideales que quisiesen dar a conocer a la humanidad y que fuesen tan, tan fuertes que durasen hasta después de su muerte; unos ideales tan sólidos, que no necesitasen de nadie para sostenerse, y que llegasen a ser los pilares de una sociedad que perdurase, generación tras generación. Con el paso del tiempo, yo me daría cuenta que lo que yo buscaba se había juntado y había formado un grupo de música en la ciudad de Liverpool y se hacían llamar The Beatles. Cambiaron la vida de muchísimas personas, y creo, que en parte cambiaron el mundo. Y, ¿sabéis lo que cuesta cambiar la vida de una persona? Pues imaginaros cambiar la de miles de ellas, no todo el que se lo proponga puede hacerlo. Y como bien dijo uno de sus integrantes, "son más famosos que Jesucristo". "La vida es lo que pasa mientras tú estás ocupado haciendo otros planes", J.L.♥
"Cuando llegue la noche y se oscurezca la tierra y la luna sea la única luz que veamos, no tendré miedo, no tendré miedo mientras estés conmigo."
"Vivir es fácil con los ojos cerrados"
"Cuando llegue la noche y se oscurezca la tierra y la luna sea la única luz que veamos, no tendré miedo, no tendré miedo mientras estés conmigo."
"Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora"
"Si los Beatles o los 60 tuvieron un mensaje, fue: aprende a nadar, y una vez que hayas aprendido, nada""Vivir es fácil con los ojos cerrados"
The Beatles
sábado, 19 de noviembre de 2011
TE QUIERO decir...
El sonido de unos pasos. Ya sabes quién es, solo ha hecho falta que diese dos pasos y ya has reconocido el sonido de sus huellas. Le querías, pero en silencio. Tu manía de reservar los sentimientos bonitos para ti te hicieron perderlo. Pasó por tu lado, te dedicó una sonrisa por rutina y siguió su camino. Tú le devolviste la sonrisa, aunque en tu interior algo se derrumbaba. Pero decidiste reconstruir aquello.
-¡Ey! ¡Espera, por favor!-él se giró, detuvo su paso, pero no contestó. Te acercaste, hacía mucho tiempo desde la última vez que habíais estado tan cerca. Querías decirle lo mucho que deseabas estar con él, que soñabas todas las noches con sus labios, que era la mejor persona que la vida te había presentado nunca...-¿Qué tal va todo?-¡¿Cómo que qué tal va todo?! ¡¿Qué estás haciendo?!
-Las cosas no han cambiado mucho en mi vida últimamente...
-Siéntate y me cuentas, habrá algo nuevo.
-Sí, en realidad sí que hay algo nuevo...
-¿Ah, sí?
-Sí...Conocí a una chica, no hace mucho, pero creo que es perfecta, en poco tiempo he llegado a quererla como nunca pensé que querría a nadie...
-Me alegro.-esas palabras murieron antes de que tus labios las pronunciasen, no te alegrabas.
-¿Te pasa algo? Espera, déjame adivinar, quieres saber quién es, pero no te lo diré, simplemente voy a darte una pista...
Él colocó una de sus manos en tu mejilla y se sentó más próximo a ti, también sus labios se acercaron a los tuyos, hasta que ya no pudieron estar más cerca...
-¡Ey! ¡Espera, por favor!-él se giró, detuvo su paso, pero no contestó. Te acercaste, hacía mucho tiempo desde la última vez que habíais estado tan cerca. Querías decirle lo mucho que deseabas estar con él, que soñabas todas las noches con sus labios, que era la mejor persona que la vida te había presentado nunca...-¿Qué tal va todo?-¡¿Cómo que qué tal va todo?! ¡¿Qué estás haciendo?!
-Las cosas no han cambiado mucho en mi vida últimamente...
-Siéntate y me cuentas, habrá algo nuevo.
-Sí, en realidad sí que hay algo nuevo...
-¿Ah, sí?
-Sí...Conocí a una chica, no hace mucho, pero creo que es perfecta, en poco tiempo he llegado a quererla como nunca pensé que querría a nadie...
-Me alegro.-esas palabras murieron antes de que tus labios las pronunciasen, no te alegrabas.
-¿Te pasa algo? Espera, déjame adivinar, quieres saber quién es, pero no te lo diré, simplemente voy a darte una pista...
Él colocó una de sus manos en tu mejilla y se sentó más próximo a ti, también sus labios se acercaron a los tuyos, hasta que ya no pudieron estar más cerca...
No estamos destinados a vivir pegados.
Querer. Querer a alguien. Querer su vida más que la tuya. Respirar después de que él haya respirado, para que de alguna manera, poder sentirlo dentro de ti. Mirar sus labios y no sus ojos cuando habla. Saberte cada lunar de su cuerpo, y haber memorizado una por una las curvas de su espalda. Abrazarlo y respirar su colonia, esa que tanto te gusta. Saber lo que va a decir antes de que sus labios pronuncien cualquier palabra. Echarlo de menos incluso cuando estás con él, porque sabes que al fin y al cabo, va a llegar el momento en el que tengáis que separaros.
viernes, 21 de octubre de 2011
Quien no arriesga, no gana; o no pierde...
Porque siempre, al menos una vez en nuestra vida, arriesgamos si queremos ganar. Y, a mí me parece una tontería, ¿por qué arriesgar lo que ya tienes, para conseguir otra cosa? ¿No sabemos conformarnos? Cuando damos ese paso en falso, cuando notamos que no pisamos con pies de plomo, algo se activa en nuestro interior: “Hola, soy tu conciencia. Quería decirte que si sigues así puedes pegarte la mayor hostia de tu vida, pero que, también puedes conseguir lo que te propones, o no”. ¿Lo que me propongo? Lo que me propongo es ser feliz. ¿Tengo que poner todo lo que tengo sobre la mesa? ¿Todo o nada? Seguro que hay otra forma…
jueves, 21 de julio de 2011
Blog nuevo.
¡¡Hola!! Bueno, en primer lugar, agradeceros a todos los que me seguís, para mí es muy importante. Quería disculparme porque he dejado un poco de lado este blog, ya que he creado otro y le estoy prestando más atención. Lo siento, de verdad.
Os dejo el link del blog nuevo, por si queréis pasaros: http://unahistoriaenbarna.blogspot.com/
Muchas gracias, y de nuevo, pido disculpas.
Os dejo el link del blog nuevo, por si queréis pasaros: http://unahistoriaenbarna.blogspot.com/
Muchas gracias, y de nuevo, pido disculpas.
miércoles, 6 de julio de 2011
Tú eliges...
Y es entonces. Justo en ese momento, exactamente. Justo cuando tu esperanza cae a la vez que tú te derribas. No es la primera vez que te pasa esto, estás acostumbrada a ver la vida pasar por encima de ti, de mientras tú permaneces sentada en el asfalto con las manos instruidas para parar los golpes que te da la vida, tú insistes en ver la vida por debajo, prefieres estar allí, con el cuello hacia arriba que volverte a levantar; porque otra vez tú decides: puedes quedarte sentada junto a la piedra que te derrumbó, o puedes levantarte y darle un puntapié para alejarla de ti, aunque tarde o temprano, alcanzarás la altura hasta donde ella llegó con tu patada y volverás a tropezar; pero te formaste para aprender de los errores y esa vez podrás elegir si pones las manos para amortiguar la caída o simplemente volverás a rodar...
Pero, aguardas un momento. Entre el polvo aparece una silueta. ¿También cayó? ¿La vida le trató mal? Su paso aparenta ser firme, su seguridad parece ser la que a todo el mundo de aquí abajo le falta. No, no fue golpeado, ni abatido, ni si quiera la vida le trató mal, no. Todo lo contrario. Lo tenía todo, todo lo que a ti te faltaba para estar a su lado, todo. ¿Viene hacia ti? No, que va. ¡¿Cómo puedes pensar eso?! Ni si quiera crees que te haya visto. Cada vez sus pasos se oyen más cerca, el polvo parce hacerle sitio para caminar, porque no merece ser manchado. "Pasará de mí" piensas. Se detiene. "Lo tengo delante. ¡¿Continuará?!" Sí, posiblemente haya parado a descansar y ni si quiera te habrá visto. Aquí abajo eres invisible, igual que allá arriba. Un momento. Se agacha. Sí. Sus ojos te han querido ver, no es como los demás. Te ofrece sus manos, crees que después va a dejarte caer, como te hicieron muchos otros. Piensas que por una vez más no va a pasar nada. Decides confiar en él. Agarras sus manos, que te elevan con firmeza. Te sacudes el polvo y coges tu bolso. Con la mirada te dice lo que siempre has deseado que alguien te dijese. Mira hacia arriba. Te incita a que tú también lo hagas. Suelas, suelas de zapatos, de gente que no ha sido golpeada o que lo disimula muy bien. Caminan sobre ti. Vuelve a tomar tus manos, con un solo gesto entiendes lo que quiere que hagas. Quiere que cierres muy, muy fuerte los ojos. Antes de hacerlo, lo miras bien; temes que sea la última vez que lo veas. Su rostro. Su rostro... Parece que lo conocieses de toda la vida. Te da tanta seguridad como nadie nunca te había dado. Esa sensación es extraña para ti, pero te gusta. Decides hacerle caso y cierras muy fuertemente los ojos. Agarras con vigor sus manos, no quieres que se escape como arena entre los dedos. De repente notas que estás haciendo fuerza sobre tus propias manos. ¿Dónde está? Te lo advertiste, iba a dejarte caer. Alguien pone las manos sobre tus ojos. Sigues estando insegura. Otra vez más. Te destapan los ojos. Los abres. Miras hacia abajo. Hay gente. Un momento, ese lugar te suena. Ese polvo que ahora se levanta ante los pies de otros. Estás arriba. Estáis arriba. Él está contigo. Señala tus pies. Sus pies. Comprendes lo que dice y no has hecho más que mirarlo a los ojos. Quiere que hagas lo que él. Que cuando alguien caiga a tu lado, le ofrezcas tus manos para levantarse, y le digas que cierre muy fuerte los ojos. Conseguirás que suba con todos. Pero, un momento. Eso no es todo lo que él quiere decirte. Mírale. Mírale bien. Quiere que te acerques. Lo haces. Él también lo hace. Selláis el trato con un beso. Caeréis y os levantaréis juntos las veces que haga falta.
Pero, aguardas un momento. Entre el polvo aparece una silueta. ¿También cayó? ¿La vida le trató mal? Su paso aparenta ser firme, su seguridad parece ser la que a todo el mundo de aquí abajo le falta. No, no fue golpeado, ni abatido, ni si quiera la vida le trató mal, no. Todo lo contrario. Lo tenía todo, todo lo que a ti te faltaba para estar a su lado, todo. ¿Viene hacia ti? No, que va. ¡¿Cómo puedes pensar eso?! Ni si quiera crees que te haya visto. Cada vez sus pasos se oyen más cerca, el polvo parce hacerle sitio para caminar, porque no merece ser manchado. "Pasará de mí" piensas. Se detiene. "Lo tengo delante. ¡¿Continuará?!" Sí, posiblemente haya parado a descansar y ni si quiera te habrá visto. Aquí abajo eres invisible, igual que allá arriba. Un momento. Se agacha. Sí. Sus ojos te han querido ver, no es como los demás. Te ofrece sus manos, crees que después va a dejarte caer, como te hicieron muchos otros. Piensas que por una vez más no va a pasar nada. Decides confiar en él. Agarras sus manos, que te elevan con firmeza. Te sacudes el polvo y coges tu bolso. Con la mirada te dice lo que siempre has deseado que alguien te dijese. Mira hacia arriba. Te incita a que tú también lo hagas. Suelas, suelas de zapatos, de gente que no ha sido golpeada o que lo disimula muy bien. Caminan sobre ti. Vuelve a tomar tus manos, con un solo gesto entiendes lo que quiere que hagas. Quiere que cierres muy, muy fuerte los ojos. Antes de hacerlo, lo miras bien; temes que sea la última vez que lo veas. Su rostro. Su rostro... Parece que lo conocieses de toda la vida. Te da tanta seguridad como nadie nunca te había dado. Esa sensación es extraña para ti, pero te gusta. Decides hacerle caso y cierras muy fuertemente los ojos. Agarras con vigor sus manos, no quieres que se escape como arena entre los dedos. De repente notas que estás haciendo fuerza sobre tus propias manos. ¿Dónde está? Te lo advertiste, iba a dejarte caer. Alguien pone las manos sobre tus ojos. Sigues estando insegura. Otra vez más. Te destapan los ojos. Los abres. Miras hacia abajo. Hay gente. Un momento, ese lugar te suena. Ese polvo que ahora se levanta ante los pies de otros. Estás arriba. Estáis arriba. Él está contigo. Señala tus pies. Sus pies. Comprendes lo que dice y no has hecho más que mirarlo a los ojos. Quiere que hagas lo que él. Que cuando alguien caiga a tu lado, le ofrezcas tus manos para levantarse, y le digas que cierre muy fuerte los ojos. Conseguirás que suba con todos. Pero, un momento. Eso no es todo lo que él quiere decirte. Mírale. Mírale bien. Quiere que te acerques. Lo haces. Él también lo hace. Selláis el trato con un beso. Caeréis y os levantaréis juntos las veces que haga falta.
jueves, 30 de junio de 2011
¿Por qué?
Un día te das cuenta de que todo lo que has hecho ha resultado en vano. Que no te recordará. ¿Por qué? Que todo lo que diste por él y lo que estabas dispuesta a dar no sirvió de nada. ¿Por qué? Que de todas las miradas que nos hicieron cómplices, ya no queda ninguna. ¿Por qué? Que esos nervios que se apretaban en tu estómago cuando te llamaba por teléfono ya no aparecen cuando oyes su voz. ¿Por qué? Que ya no hay ningún "te quiero" entre nosotros dos. ¿Por qué? Que todas las veces que lo defendiste y todas las que él te defendió quedaron atrás. ¿Por qué? Que todos los abrazos que te dio cuando más los necesitabas, y que sólo valían sus brazos para consolarte, ya no existen. ¿Por qué? Todas aquellas tardes construyendo castillos en el aire ya no se repiten. ¿Por qué?
¿Por qué tiene que ser cierto eso que uno de los más grandes dijo una vez? : Qué corto es el amor y qué largo el olvido...
¿Por qué tiene que ser cierto eso que uno de los más grandes dijo una vez? : Qué corto es el amor y qué largo el olvido...
¿Por qué?
miércoles, 15 de junio de 2011
Tú.
Me has enseñado a expresarme en cada texto que escribo. Me has enseñado a hablar con la mirada. Me has enseñado que los límites se los pone uno mismo, no los demás. Me has enseñado a interpretar cada gesto. Me has enseñado a elegir bien las canciones, que más tarde se convertirían en nuestras. Me has enseñado a saber en quién debía confiar. Me has enseñado que los pequeños detalles, al final se convierten en los más importantes. Me has enseñado a aferrarme a los buenos momentos y a dejar de lado los no tan buenos. Me has enseñado a no hacer caso de lo que digan a mis espaldas, porque si a ti no te importa, ¿a quién le va a importar? Me has enseñado a decir las palabras adecuadas, en el lugar adecuado, a la persona adecuada, en el contexto adecuado. Me has enseñado a dar todas las oportunidades que una persona merece. Me has enseñado a reírme de mis errores y a aprender de ellos. Me has enseñado que una voz al otro lado del teléfono es suficiente para ser feliz. Me has enseñado a amar.
Me has enseñado a ser quien soy.
Me has enseñado a ser quien soy.
jueves, 9 de junio de 2011
Verdadero o falso.
Verdadero o falso. Falso o verdadero. Cuántas veces nos han preguntado eso en un exámen, y nunca nos hemos planteado aplicarlo a nuestra vida, a la que tenemos o teníamos en común...
¿Verdadero o falso? ¿Las miradas realmente amaban por sí solas? ¿O quizás nos mirábamos con los mismos ojos con los que veíamos a al resto del mundo? ¿Verdaderamente existía "el resto del mundo" cuando estábamos juntos? ¿O sólo era yo la que pensaba que lo único que importabas eras tú? ¿Es verdad todo lo que una vez me susurraste al oído? ¿O quizás se lo has susurrado a alguien más? ¿Realmente pensabas en cumplir tus promesas? ¿O a lo mejor cuando prometías tenías en mente eso de que "las palabras se las lleva el viento"? ¿Verdaderamente todos tus "te quiero" se tenían por si solos? ¿O puede ser que los sosteniese sólo la ilusión que yo puse y que a ti te faltó? Si de verdad lees esto, ¿pensarás en lo que pudimos haber sido y te arrepentirás? ¿O creerás que esto no está inspirado en ti? ¿Realmente piensas que ya no me acuerdo de nuestros abrazos, de nuestras tardes confesándonos todos nuestros secretos, de aquello que nos prometimos y llegó, y de lo que no llegó, de aquella canción que se apodera de mí cada vez que la escucho, la que sonó mientras estábamos en aquel bar, comiéndonos con la mirada, hablando en silencio, queriéndonos en secreto? ¿O ni tan si quiera piensas si me acuerdo? O, es más...¿te acuerdas tú de mí?...
¿Verdadero o falso? ¿Las miradas realmente amaban por sí solas? ¿O quizás nos mirábamos con los mismos ojos con los que veíamos a al resto del mundo? ¿Verdaderamente existía "el resto del mundo" cuando estábamos juntos? ¿O sólo era yo la que pensaba que lo único que importabas eras tú? ¿Es verdad todo lo que una vez me susurraste al oído? ¿O quizás se lo has susurrado a alguien más? ¿Realmente pensabas en cumplir tus promesas? ¿O a lo mejor cuando prometías tenías en mente eso de que "las palabras se las lleva el viento"? ¿Verdaderamente todos tus "te quiero" se tenían por si solos? ¿O puede ser que los sosteniese sólo la ilusión que yo puse y que a ti te faltó? Si de verdad lees esto, ¿pensarás en lo que pudimos haber sido y te arrepentirás? ¿O creerás que esto no está inspirado en ti? ¿Realmente piensas que ya no me acuerdo de nuestros abrazos, de nuestras tardes confesándonos todos nuestros secretos, de aquello que nos prometimos y llegó, y de lo que no llegó, de aquella canción que se apodera de mí cada vez que la escucho, la que sonó mientras estábamos en aquel bar, comiéndonos con la mirada, hablando en silencio, queriéndonos en secreto? ¿O ni tan si quiera piensas si me acuerdo? O, es más...¿te acuerdas tú de mí?...
martes, 24 de mayo de 2011
Un juego...
Sigo sin poder mirarte. Sin poder hablarte. Sin poder oír hablar de ti sin que todos nuestros recuerdos me invadan. Sin poder escuchar aquella puta canción que te gustaba tanto y que se convirtió en nuestra. Sin poder nombrarte sin antes pensármelo dos veces, por las consecuencias que eso pueda tener en mi memoria. Sin poder mirar nuestras fotos. Sin poder recordar todo aquello que nos prometimos y no llorar. Sin poder evitar el bajar la cabeza al verte. Sin poder mostrarme fría cuando oigo tu nombre. Sin poder recordar tus gestos y evitar que la impotencia se apropie de mí. Sin poder recordar tu olor y no cerrar los ojos. Sin poder recordar tus palabras con una sonrisa. Sin poder evitar el acordarme de cada llamada, cada mensaje, cada "esta tarde nos vemos", cada "te quiero" que enterró el olvido, cada roce involuntario que nos arrancaba una sonrisa en cualquier momento, en cualquier lugar, cada "te echo de menos", cada favor que no esperaba otro a cambio, cada secreto que nos contamos, cada conversación que duraba horas, cada "buenas noches, que duermas bien", cada "tengo ganas de verte", cada "¿te acuerdas de...? jajajaja", cada mirada que decía más que estas palabras, cada instante en el que nos queríamos en silencio, cada silencio en el que mirarnos bastaba, cada mirada que convertíamos en un juego...Un juego, sí, puede que sólo fuese eso...
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