Con todo lo que ocurre hoy en día no sabes si vienes o vas. Piensas que estás en el camino correcto y de repente esa línea se desvía. Y cuando habías encontrado todas las respuestas, cambian, sin precedentes, las preguntas. Y no hay nada que tú puedas hacer, pues giras atrás y ves tu sendero y el momento en el que se torció. Solo te queda avanzar, sin miedo, intentando no tropezar.
Pero es que, con todo lo que ocurre hoy en día, que no sabes si vienes o vas, ahora estás arriba y poco después te sientes caer. Y te cuesta levantarte, sacudirte el polvo y todo aquello que molesta. Y curarte las heridas no es nada fácil, por mucho que alguien se empeñe en lamértelas. Y una vez hecho todo eso, aprendes otra vez a caminar, quizás con un poco más de cuidado, quizás no.
Que no sabes si vienes o vas con todo lo que ocurre hoy en día. Y te buscas en el espejo pero no te encuentras y no sabes dónde cojones ha podido meterse la persona que eras ayer. Pero sabes con certeza que no volverá, jamás. Y sientes un pequeño trozo de ti desgranarse y te duele como cuando te separaste de tu madre por aquellas tijeras frías e insensibles.
Con todo lo que ocurre hoy en día, no sabes si vienes o vas, o si el viento te golpea por Levante o si, por el contrario, lo hace por Poniente. Que ni los malos son tan malos, ni los buenos lo son tanto. La confianza que construiste poco a poco, con toda tu dedicación, cae estrepitosamente en menos de un segundo. Y a vivir con eso.
Que ir y venir han perdido su significado con todo lo que ocurre hoy en día. Que hoy, ahora, estamos aquí y mañana, mañana ya veremos.
Con todo lo que ocurre hoy en día, que no sabes si vas o vienes o si ya has perdido el Norte y has invadido el camino de otro.
Y tenemos que vivir con todo lo que ocurre hoy en día, yendo, viniendo y parando cuando nos flaqueen las fuerzas, con todo lo que ocurre hoy en día.