Y ya está. Por fin. Por fin te acabaste. No nos llevamos bien desde el principio, aunque me hubiese gustado cambiarlo. Me han pasado muchas cosas, no digo que todas ellas hayan sido malas, pero esta vez pesan más en la balanza. Y veía tan lejos tu final...No me sirve de nada recordar todo esto, pero para todos los que han estado conmigo este año: gracias, y los que han intentado hacerme la vida imposible: lo siento, siento que vuestro hobbie haya cambiado su manera de pensar, año nuevo, vida nueva.
Y a ti qué decirte, 2010, que fue una pena lo nuestro, tener que acabar tan mal...
Espero que contigo, 2011, las cosas sean muy distintas, o al menos, no tan iguales...
viernes, 31 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de diciembre de 2010
lunes, 27 de diciembre de 2010
Decepción.
Pensé que cuando dijimos "siempre" los dos cumpliríamos la promesa. No te vi cruzar los dedos, puede que sí los cruzases. La promesa fue en vano, y ya no me creo la mitad de las palabras que salen de tu boca; no es que no quiera, es que no puedo.
Lo peor de todo ésto, no es cómo lo estoy llevando, lo peor es que te veo ahí, vendiéndole la moto a otra. Pobrecita, si ella supiera lo que te va eso de que "las palabras se las lleva el viento".
¿Sabes? Me hubiera encantado que cumplieses tus promesas, las pintabas tan bonitas, que acabé por pintarme Mi Propio Mundo, pero ahora, Mi Propio Mundo está manchado de dolor, que como alguien dijo, es un color muy feo. Pero eso a ti ya no te importa, ¿no? Si lo paso mal es mi problema, por haber creído en ti.
Creí en ti porque me diste motivos. Y ahora esos motivos son de otra.
Te quería, y repito, te quería.
Lo peor de todo ésto, no es cómo lo estoy llevando, lo peor es que te veo ahí, vendiéndole la moto a otra. Pobrecita, si ella supiera lo que te va eso de que "las palabras se las lleva el viento".
¿Sabes? Me hubiera encantado que cumplieses tus promesas, las pintabas tan bonitas, que acabé por pintarme Mi Propio Mundo, pero ahora, Mi Propio Mundo está manchado de dolor, que como alguien dijo, es un color muy feo. Pero eso a ti ya no te importa, ¿no? Si lo paso mal es mi problema, por haber creído en ti.
Creí en ti porque me diste motivos. Y ahora esos motivos son de otra.
Te quería, y repito, te quería.
viernes, 24 de diciembre de 2010
Sé que es ÉL.
¿Que por qué lo sé?
¿Sabéis eso de que dentro de tres minutos y medio entrará por la puerta, te saludará, sonreirá se tocará el pelo con la mano derecha y volverá a sonreír? ¿Sabéis eso de conocer cada curva de su espalda? Eso de sentirte invencible cuando te presta su abrigo. Eso de conocer perfectamente el recorrido que van a hacer sus ojos. Eso de hacer todo, posible e imposible para poder verle. Eso de escuchar canciones y que cada verso tenga tatuado su nombre. Eso de respirar profundamente cuando pasa por tu lado para que su aroma quede preso dentro de ti.
Y si te vas, me entran ganas de abrazarte...
He pensado sin odiarte la manera tonta de seguir creyéndote. Ya no me hacen
falta horas que convenzan que eres para mí, ahora no.
No quiero perderte esperando, me quiero para ti. Ya es tarde jugar a esconderse.
Ya no, ya no. Cuando no estás, cambio de rumbo y si te vas pasa un mundo por delante.
Cuando no estás, cambio de rumbo y si te vas me entran ganas de abrazarte.
Me consuelo si te veo, me derrumbo y me pongo a llorar cuando no estás.
Tengo un reloj que me guía, una manera rara de contar, cuando no estás.
No quiero perderte esperando, me quiero para ti. Ya es tarde jugar a esconderse.
Ya no, ya no. Cuando no estás, cambio de rumbo y si te vas pasa un mundo por delante.
Cuando no estás, cambio de rumbo y si te vas me entran ganas de abrazarte.
jueves, 23 de diciembre de 2010
Cuando todo acaba...
Y es que cuando piensas que todo se ha acabado, que ya te has desenganchado de esa droga que es su sonrisa, te das cuenta de que todo ha sido una farsa, querías engañar a los que te rodean y lo único que conseguiste fue engañarte a ti misma.
Cuando piensas que todo ha acabado, entonces reaparece. No sabes si reaparece porque de tanto gritarle al cielo su nombre al final te oyó, o simplemente no reaparece, que estuvo ahí todo el tiempo y tú te vendaste los ojos, creyendo que así desaparecería para siempre.
Cuando piensas que todo ha acabado, te quitas entonces Cuando todo ha acabado, quieres borrar los errores que cometiste al aislarte de todo, al aislarte de él. Pero es demasiado tarde, todo ha acabado y tú también estás acabada.
viernes, 17 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
Apariencia.
Es muy fácil aparentar. Yo ya vivo aparentando. Vivo aparentando que no me importa que cada día te enamores más de ella. Vivo aparentando que me es indiferente el que tú la rodees con tus brazos y le susurres cuánto la quieres: <<hasta el infinito y más allá, como en las películas>> le dices. Yo también quería ser tu amor de película, pero es la vida real, aquí no hay castings, el que elige es el corazón. Esto ya es una rutina. Automáticamente, al levantarme, me visto de apariencia, aunque luego salga caro, el vestido se paga con lágrimas. Sé que seguiré aparentando, por mucho que no quiera.
Porque quiero que seas feliz aunque no sea conmigo. Y no es por eso que haya dejado de quererte un sólo día.
Porque quiero que seas feliz aunque no sea conmigo. Y no es por eso que haya dejado de quererte un sólo día.
Si supiese que te quedas para siempre...
+Quisiera que una nube se llevase mis <<te quiero>>, los derrame, hacer como lluvia sobre tu balcón, en cada silencio robarte miles de deseos y hacerte con ellos que pierdas la razón. Si pudiera coger tus manos sin el miedo de volverlas a perder, si pudiera estrecharme en tus brazos sabiendo que no te irás otra vez.
- Y si tú no estas yo no puedo respirar.
sábado, 20 de noviembre de 2010
Duele...
Y duele. Aunque no hagas nada. Duele. Y a medida que pasa el tiempo, te quiero más, si es que se puede. Y cuanto más te quiero, más me duele. Y es que duele mirarte y no tenerte. Imaginarte conmigo, sólo imaginarte. Y duele cambiar mis ganas de abrazarte por un “hola, ¿qué tal todo?”; duele tener que conformarme con un: “no me puedo quejar, ¿y a ti?”. Y te contesto que a mi todo me va bien, miento. Yo si que me puedo quejar, tengo lo más importante de mi vida delante y no puedo decirle lo mucho que le quiero. Y ya me voy acostumbrando a vivir así. Hace casi nueve meses que comparto mi vida con la impotencia. He aprendido a conformarme con eso de “se mira pero no se toca”. Y mi toalla ha rozado muchas veces la tierra. Pero tú me hiciste recogerla. Y por tu culpa la volví a tirar. Se agacharon mis ganas de tenerte para recogerla y limpiarle el polvo, pero las detuve: “No. Puedo seguir sin ella. Si la recojo volverá a caer, y me tendré que agachar de nuevo. Y habrá un día en el que se me pasará por la mente la posibilidad de quedarme ahí sentada. De dejar que la vida me adelante. Ya no quiero servir de perchero de esta toalla. No la recojáis. Le olvidaré.” Pero con el paso del tiempo, aprendí el mayor de los errores que cometí: Intentar sacarme de la cabeza lo que no sale del corazón. Porque dejé que la vida me adelantase, y no agarré su mano cuando intentaba levantarme. Le dije que se marchase. ¿Sabéis quién era mi vida? Mi vida era él. Y por gracia o desgracia, lo sigue siendo.
algo más...
Que sí, que yo también siento mil mariposas en el estómago al escuchar su voz, yo también siento que un escalofrío recorre mi espalda cuando lo veo, yo también siento como los nervios se entrelazan y se atascan en mi garganta, yo también siento unas ganas tremendas de abrazarlo y no lo hago, yo también me siento la chica más afortunada del mundo cuando me regala una de sus sonrisas... pero yo siento algo más que las demás: LE SIENTO.
te entiendo
Te entientdo. Entiendo que te guste. Entiendo que estés deseando ver todos los días una de sus sonrisas; entiendo que te maten las ganas de abrazarle; entiendo que confíes en él; entiendo que te mueras por dentro cuando hablas con él; entiendo que quieras que te apoye y que sobre todo, te ayude; entiendo que quieras su tiempo; entiendo que quieras sus manos; entiendo que quieras sus abrazos; entiendo que quieras sus ojos; entiendo que quieras su boca; sus besos. Te entiendo, porque yo también vivo eso, todo lo que tú puedas querer a ratos, es mi día a día...
Y de momento, no tengo planes para cambiar mi día a día, porque no me gusta, me encanta.
Y de momento, no tengo planes para cambiar mi día a día, porque no me gusta, me encanta.
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