Le quiero. No necesito razones para hacerlo, pero las tengo.
Está ahí cuando nadie quiere estar, me apoya aunque me haya equivocado, me quiere cuando menos lo merezco, me escucha siempre sin pedirme nada a cambio... Y así un largo etcétera.
Pero la razón que más pesa es que es él, siempre es él. Su personalidad es impenetrable, no se deja influir por nadie, siempre, siempre es él.
Te quiero, mejor amigo.
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