-Cuando me vaya voy a echarte mucho de menos.
-Aunque no sea tan amenudo, nos veremos. Estoy segura.
-Me costará mucho acostumbrarme a no verte por las mañanas, a no darte los buenos días. Me faltará tu carita de sueño, y tu nariz roja en invierno.-Rieron.-Echaré de menos los abrazos capaces de sanar cualquier herida, por profunda que sea. Y nuestras tardes, nuestro sentido del humor, nuestras conversaciones interminables. Y nuestros sueños, nuestros planes imposibles. Todo eso me hará mucho daño cuando me vaya. Y sé que la nostalgia se apoderará de mí cuando recuerde cada sonrisa, cada dolor de estómago causado por tanta carcajada, incluso cuando recuerde la más amarga de las lágrimas que haya salido de nuestros ojos. Todas las veces que has sido mi mayor apoyo y las veces que yo pude ser y fui el tuyo. Confesiones de cosas que solo tú y yo sabemos. Los secretos mejor guardados. Esto tan grande que hemos construido a base de paciencia y de querernos sin juzgarnos, sin prejuicios y sin tapujos. Hacernos mejores personas. Reírnos cuando nadie más encuentra la gracia al chiste. Conocernos mejor que nadie, confiar como en nadie. No quiero dejar todo esto atrás.
-No lo dejaremos. Estaré aquí para cuando vuelvas. Y será como siempre y seremos como nunca. De eso trata esto, ¿no? De crecer juntas pese a todo.
Se abrazó a aquellos ojos azules que caminaban a su lado.
"Si la distancia es el olvido,
haré puentes con tus abrazos.
Pues lo que tú y yo hemos vivido
no son cadenas, ni siquiera lazos;
es el sueño de cualquier amigo,
es pintar un 'te quiero' a trazos
y secarlo en nuestro regazo."