viernes, 1 de mayo de 2015

You were right, Dad.

Su padre se lo había dicho tantas veces, que sus palabras se habían convertido en un eco bastante molesto que había decido instalarse en su cabeza: <<No andes con las manos en los bolsillos>>.
Le explicaba que, si caminaba así y tropezaba, no sería capaz de parar la caída. Y todos sabemos que las encías sangran mucho y con demasiada facilidad.
Pero a Émi le encantaba andar en pijama, zapatillas y con las manos en los bolsillos para sentirse cómoda.
Entendió las palabras de su padre con algo más de veintidós años y medio pero menos de veintitrés.
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Las manos en los bolsillos para resguardarse del frío y de la niebla que caía sobre el césped del parque.
Arqueó sus ojos para sobreponerse a esa miopía que todavía estaba asimilando y, tras un pequeño esfuerzo, lo vio. Llevaba las manos rojas, sin guantes ni bolsillos.
Émi se acercó sonriendo bajo el gorro de lana que impedía que el poco calor que era capaz de mantener en su interior se escapase por su cabeza.
Se besaron levemente y comenzaron a caminar a la par.
Él la rodeó con uno de sus brazos para mantenerla cerca.
-¿Qué te apetece hacer hoy?
-No lo sé, lo que tú quieras, Émi.
-Últimamente me dejas a mí las decisiones, ¿eh?-sonrió. Estaba tan cómoda con él.
-Siéntete afortunada.
 [...]
-Hace tiempo que te lo pregunto y tu respuesta todavía no me convence, ¿va todo bien?
-Sí...¿Por qué lo preguntas, Émi?
-Estamos distintos. Hemos tenido nuestros más y nuestros menos que, supongo son necesarios. Y ahora estamos bien, pero solo cuando nos vemos. El resto del día, o de los días, es todo totalmente diferente. Estás distante. Sí, eso es, estás distante.
El silencio es la peor respuesta en estos casos.
-Entonces...¿Ya está? ¿Vamos a rendirnos ahora?
Silencio de nuevo.
Émi volvía a decidir.
Él se marchó y la niebla caló el corazón de Émi. Y sus huesos. Y sus bolsillos.
Comprendió entonces que, cuando la comodidad se instala en el amor, la caída es inevitable.
Y la comodidad sorprendió a Émi con las manos en los bolsillos.
Y sus encías sangraron como nunca.

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