lunes, 23 de mayo de 2016

Creo que pides demasiado para mis 19 años

19.
Y no he vivido ni la mitad de cosas que tú a mi edad.
Qué te voy a contar, si con unos pocos meses de vida ya sobreviviste a un bombardeo durante la puta Guerra Civil. Quizás por eso eras una socialista tan acérrima, pero socialista de verdad, no el postureo del que vive ahora el PSOE. Quizás por eso no soportabas a la derecha y te brotaban ampollas si escuchabas hablar a Rajoy o a Aznar. Me encantaba curártelas hablando contigo de política.
Si tú empezaste a trabajar a los diez años cuidando de un niño que era más grande que tú, cuando yo a esa edad solo me preocupaba de estudiar, de jugar y de que hubiese algo con chocolate a la hora de la merienda.
Si no tuviste las alas que nos habéis dado a nosotros, cuando en tu casa, a mi edad, la puerta se cerraba a las doce de la noche.
Si valorabas el esfuerzo de conseguir las cosas y a nosotros nos basta con abrir la boca para, seguramente, conseguir aquello que queremos.
Si el hambre os tocó de cerca y un padre en el exilio te obligó a madurar mucho antes de lo que te correspondía.
Si tú, con 19 años, ya habías conocido al amor de tu vida y lo teníais los dos todo tan claro. 
Si a mi edad hacía mucho tiempo que habías dejado de estudiar para ayudar en casa, porque la colaboración de dos brazos tan desinteresados y entregados como los tuyos nunca está de más y duele mucho cuando falta. Pero, aún así, tenías la letra más bonita que una abuela puede tener y una curiosidad que jamás se secó en 79 años y, joder, hay tantas cosas que se secan en muchísimo menos tiempo.
Si tus 19 años estaban ya llenos de historias, de viajes, de dolor y de felicidad. Porque, a pesar de todo lo malo, en las fotos siempre sales sonriendo.
Y qué raro hablarte en pasado cuando hace 3 meses te estaba llenando de besos.
¿Ves? Y por esto no me gusta crecer.

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