domingo, 24 de abril de 2016

Salud

Vuelve a quemar. Cuánto te gusta meterte el dedo en la llaga.
No, no.
No es una llaga.
Es una herida.
No te has ulcerado. Te has abierto. Y llevas meses sangrando.
Y la temperatura no sube. Joder, ¿por qué nadie viene a infectarte de una vez?
¿Por qué todo el mundo intenta coserte?
Son incapaces de entender que necesitas vaciarte.
No coagulantes. No gasas. No más paños calientes.
Sal. Alcohol. Limón.
Pero se ha empeñado en salvarte.
Y tú con las manos frías.
Espera.
¿Eso ha sido un beso?


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