miércoles, 8 de noviembre de 2017

Paz (con P de Pilar)

Una despedida es la guerra con más bajas del mundo.
La hemorragia más larga.
La infección más purulenta.
Un "adiós" forzado es la manera más fuerte de anudar la garganta. 
Saber que lo que fue ya no será y no saber ya más.

¿Qué puede ser peor?

No escuchar otro de vuelta.
Sangrar solo.
Ser el único infectado.
Que nadie afloje el torniquete de impotencia de tu garganta.

Porque la única persona que puede hacerlo, no ha tenido la oportunidad de despedirse.

¿Qué duele más: abrazarse por última vez o no saber que ese abrazo será el último?

No pudimos despedirnos.


No quiero hacerlo.

Seguirás siendo hogar y, ahí, no hay guerra.

domingo, 29 de octubre de 2017

Y yo toda la suerte

Tienes la felicidad guardada entre el hueco que separa tus labios de tus dientes,
y me sonríes.

Tienes un Sol viviendo en tu manga
y siempre me rodea si tirito.

Tienes la ilusión asomándose desde tus pupilas
y un espejo enorme en las mías.

Tienes la risa escondida detrás de una mueca
y me estás curando la vida.

Tienes toda la magia en tu cabeza
y, joder, nunca has necesitado ningún truco.


Tienes amor en las manos
y me recoges el pelo
tienes amor en la garganta
y cantas conmigo
tienes amor en los ojos 
y me miras
tienes amor en el pecho
y me abrazas
tienes, amor, en los labios, toda mi vida.

sábado, 21 de octubre de 2017

Color Esperanza

No has dado tú el paso, sin embargo, la tierra se ha movido bajo tus pies y has visto piedras como recuerdos rodar en dirección contraria a ti mientras esperabas un efecto boomerang.

Pero la previsión ha fallado: ha vuelto el miedo [el puto miedo].

Y ahora ya ninguna opción parece la correcta: ni avanzar, ni retroceder, ni quedarte quieta.

¿Qué mierdas hay que hacer en caso de derrumbamiento? ¿Cómo cojones se para una avalancha? ¿Por qué estamos temblando? ¿Gritar va a salvarme? Y, llorar, ¿va a evitar que me ahogue?

Con el pie y la indecisión en el aire miro al suelo y veo que, justo debajo, hay un tallo verde.

Todavía hay Esperanza.

viernes, 22 de septiembre de 2017

La vida entera

Sonrío por un roce,
porque en nosotros no hace el cariño [evidente],
hace la felicidad [inmensa].

Me quedo a vivir entre los pliegues de tu sonrisa,
con lo que me gusta taparme y ponerme hasta arriba [de ti].

Me das calor incluso cuando tienes las manos frías,
porque eres casa,
donde nunca nieva y solo llueve cuando hay sueño.

Elijo una de esas canciones que no paras de cantar para que suene
[en ti y en mí]
la vida entera.

Y las ganas me sobran, me desbordan, me ahogan...

No, por favor, no te pongas serio, que me destapas.
[Vuelve              a                 salvarme].