jueves, 17 de mayo de 2012

"Cuando lloras, me derrumbo y no me sale fingir..."

Intentar expresar con abrazos lo que las palabras no saben cómo decir. Sentir una empatía tan grande hacia una persona que hasta duele. Retener tus propias lágrimas para evitar animar las suyas. Estrecharla entre tus brazos para que vea lo grande que es para ti, y que compartes su dolor, igual que otros días te tocó compartir su alegría. Querer decir un montón de frases optimistas para volver a ver una de sus sonrisas, pero ver que su disgusto se convierte también en tuyo. Pensar en los recuerdos felices que tenéis en común para poder comentarle alguno, para intentar distraerla, pero el temblor de sus brazos rodeando tu espalda te cortaba la voz. Notar cómo se humedecía tu hombro a causa de la caída de sus lágrimas. Querer demostrarle con tu presencia que los momentos difíciles serán momentos difíciles a tu lado, igual que lo fueron los no tan difíciles. Esa necesidad tan grande que sientes de apartar a tu amiga del mundo y de los problemas, de querer calmar su desazón, de cortar de raíz su mal, solo es un hecho que en esos momentos te hace sentir impotente al ver cómo te abraza con tantas fuerzas.
N&M

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