Por mucho que digas que el pasado no volverá; que lo hecho está hecho; "agua pasada"; "todo olvidado"...No es cierto.
El poder de un recuerdo es equivalente a las emociones experimentadas en aquel entonces más la calidad de la compañía. Es mucho más fuerte un recuerdo que una situación que se está viviendo en directo. Es mucha más su capacidad para hacer gritar a nuestras emociones, sobre todo si la situación actual ha cambiado exageradamente si la comparamos con el recuerdo. Tanto es el poder de un recuerdo que puede hacernos llorar; bien sea de emoción o de rabia, de alegría o de impotencia...Puede hacernos odiar a alguien, o quererlo con todas nuestras fuerzas, añorar a aquella persona, o pensar que estamos mejor sin ella, errores que desearíamos haber no cometido, o fallos que acabaron siendo buenos, palabras que dañan, palabras que marcan para bien, abrazos intensos, abrazos únicamente por cortesía, promesas cumplidas, otras tantas todavía por cumplir...
Son recuerdos...
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